El hijo pródigo


LA SALVACION
DE BUDA Y SUS METODOS

 

1.  La voz de Buda desde la orilla de la iluminación no llega con facilidad al oído de los hombres que están luchando en un mundo de desilusiones, por eso buda se interna en el mar de las tinieblas para extender sus manos de salvación.

 

“Voy a contarles una parábola, dijo Buda. Había una vez un rico que al regresar a su casa la encontró envuelta en llamas. Sus hijos absortos en el juego no se dieron cuenta del incendio y seguían aún dentro de la casa. El padre llamó a sus hijos; “Hijos míos, huid, salid!”, pero los hijos no prestaban atención a las palabras de su padre.”

 

“El padre desesperado volvió a llamar. “Hijos míos, aquí os traigo unos juguetes muy curiosos, salid pronto a cogerlos”. Al oír esto, los niños salieron de la casa en llamas  se salvaron de perecer en el fuego”.

 

El mundo es, en verdad, una casa en llamas, pero los hombres no saben que la casa se quema, y permanecen en el peligro de morir quemados. Por eso Buda emplea todos los métodos para la salvación de los hombres.

 

 

2. Voy a contarles otra parábola, dijo Buda. Una vez el hijo único de un hombre acaudalado salió de su casa a errar por el mundo y cayó en la miseria.

 

El padre partió en su busca por el mundo pero a pesar de todos los esfuerzos no pudo localizar su paradero.

 

Habían pasado muchos años cuando el hijo errante acertó a pasar por la ciudad donde vivían sus padres.

 

El padre lo reconoció enseguida y lleno de alegría envió a su sirviente para que lo trajera de vuelta, pero el hijo no quiso entrar por temor a ser engañado.

 

Entonces el padre mandó a su sirviente a que se acercara a su hijo y le ofreciera trabajo con buen pago. El hijo de esta forma, atraído por la oferta, entró en la casa de su padre como un sirviente más.

 

El padre favoreció sobremanera a su hijo que trabajaba en aquella casa, sin saber que era suya. Hasta llegó a hacerle administrar sus bienes y tesoros. Aún así el hijo seguía sin saber que era su padre.

 

El padre, complacido de ver la fe su hijo y sintiéndose morir, llamó un día a sus parientes, amigos y conocidos y les dijo: “Señores míos: este es mi hijo, es el hijo que anduve buscando tanto tiempo. Desde ahora todos mis bienes pertenecen a él”.

 

El hijo sorprendido y feliz por la confesión del padre, dijo: “Ahora, no solo he encontrado a mi padre, sino hasta todos sus bienes vienen a ser míos”.

 

El rico aquí es Buda. El hijo errante corresponde a los hombres. La Misericordia de Buda está dirigida a todos los seres humanos, como el amor que siente el padre por el hijo único. Buda enseña y dirige a los hombres como si fueran sus hijos, y los enriquece con el tesoro de la Iluminación.

 

3. Aunque los métodos de salvación varían de un hombre a otro, la Misericordia de Buda que bendice a los hombres como si fueran sus hijos, es una sola. Las plantas que reciben la bendición del cielo pueden ser diferentes, pero la lluvia que cae es la misma.

 

 
 


EN EL EVANGELIO, Lucas cuenta que Jesús les dijo esta parábola: -


10 Los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Por qué les hablas por medio de parábolas?". 11 Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. 12 Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. 13 Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden.

 

El padre misericordioso o el Hijo pródigo


11 Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos. 12 El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte de herencia que me corresponde". Y el padre les repartió sus bienes. 13 Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes viviendo perdidamente. 14 Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones. 15 Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. 16 Él hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. 17 Entonces recapacitó y dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! 18 Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; 19 ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros". 20 Entonces partió y volvió a la casa de su padre.

 

Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. 21 El joven le dijo: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo". 22 Pero el padre dijo a sus servidores: "Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23 Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, 24 porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado". Y comenzó la fiesta.

 

25 El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza. 26 Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué significaba eso. 27 Él le respondió: "Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo". 28 Él se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, 29 pero él le respondió: "Hace tantos años que te sirvo, sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. 30 ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!". 31 Pero el padre le dijo: "Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. 32 Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado".  (Lucas 15, 11-32).