SANAT KUMARA
Hace mucho... mucho tiempo nuestro Planeta Tierra dejo de brillar en el
firmamento envuelto en las sombras de las creaciones humanas hasta tal punto
que la Gran Ley Universal veía con dificultad que pudiera seguir sostenido en su
órbita. Ya el Amor no era el sentimiento predominante, ni la Paz era sostenida
y por consiguiente no emanaba Luz.
El Fuego Sagrado en los corazones de la humanidad había disminuido hasta
quedar muy minimizado y las almas no buscaban ningún alimento divino.
Por este estado pasó nuestra amada Tierra y, aun así hubo alguien que la
amo lo suficiente, como para pararse delante del Gran Concilio Cósmico y
presentar la idea de que si algún Ser totalmente Libre trajera a ella Su Luz y
alimentara nuevamente esas diminutas chispas de Luz en el corazón,
manteniéndolas activas y avivándolas con todo el Poder de Su Amor Divino,
"algún día" la humanidad retornaría a Su Divinidad; "algún
día" se expandiría esa Presencia Dorada que vive dentro de la Llama del
Corazón y se revelaría a través de cada forma carnal.
Ese ser fue SANAT KUMARA, que
desde Su Hogar en Venus, miro la belleza y esplendor a Su alrededor y recordó
la belleza y esplendor de la Tierra cuando aun no había sido contagiada y
envuelta en las sombras; y tomo la firme resolución de que un Planeta creado
con Amor Divino, sostenido tanto tiempo por Maestros, Ángeles, Seres de la
Naturaleza y por Virgo misma (Espíritu de la Tierra), debería tener una
oportunidad para la redención.
Así fue presentado Su ofrecimiento y así fue aceptado, y no solo El sino
treinta Seres de Venus (30 Kumaras) por Amor a Su Maestro, se ofrecieron para
encarnar en la Tierra y construir para El un hermoso Palacio Dorado y una
luminosa Ciudad Dorada para que no extrañara Su Estrella y Su lugar de
residencia en Ella.
Esto fue un sacrificio mas allá de lo imaginable, ya que la Tierra estaba
en su momento de más oscuridad y ellos tuvieron que nacer en el, formar parte
de la efluvia de su atmósfera y retener aun así la memoria de su Propósito
Divino hasta el logro.
Novecientos años pasaron, encarnando y desencarnando, reuniéndose desde
diversos puntos sobre el Planeta asegurando su idea de construir a tiempo
Shamballa, Su Ciudad Dorada.
Allí comenzó Su Tarea de atraer hacia Si, en los Niveles Internos a esas almas
humanas durmientes, amándolas tanto, hasta que ese Sentimiento Divino pudiera
despertar algún destello de desear retornar a vivir en la Voluntad de Dios.
Benditos hermanos, este exilio auto-impuesto no duro dos o tres años, ese "algún
día" al que El se refirió duro cuatro millones y medio de años!!!!
Diría otro Gran Ser llamado El Morya: "Amigos...ESTO
ES AMOR!”
Su Liberación se produjo cuando un Hijo de la Tierra califico para sostener
este Planeta en Su lugar, así lo hizo el Amado Gautama al convertirse en
Soberano del Mundo, siéndole permitido al Gran Sanat Kumara retornar a Su
Estrella.
Habla el Amado Sanat Kumara:
El Amor Paciente, por muchas eras de tiempo, es Mi regalo a la Vida y si
conocen Mi Servicio, podrán verificar esta realidad.
Ese Amor Paciente que salvo su Planeta y Me permitió cumplir Mi Tarea con
Alegría.
Amados seres... pueden sentir ese Amor Paciente el uno por el otro, y por toda
vida donde quiera que pueda estar?
Y... ¿Qué es la Paciencia? Es
meramente el control de la energía de los cuerpos internos y físico. Es la capacidad, cuando se esta tratando
cualquier expresión de vida necesitando asistencia, de sostener su energía en
armonía perfecta y luego proyectarla fuera de acuerdo a la dirección de su Ser
Crístico para el logro de algún propósito bueno.
Eso, practicado, les traerá felicidad, y ahora les doy esta tarea:
convertirse en hombres y mujeres "pacientes", y observar el cambio de
sus vidas, para bien.
Permítanme diferenciar, para su iluminación, la diferencia entre la
cualidad de la Paciencia y ese letargo o indiferencia.
El hombre paciente es positivo,
equilibrado, poderoso. El no permite que su energía salga de él, o en
pensamiento o en sentimiento, gesto o palabra, hasta que el Ser Divino dentro
la haya calificado con Su Naturaleza, y entonces, únicamente esta salga con
bendición.
Les ofrezco Mi Sentimiento de Paciencia, que ha sido Mi alegría
desarrollar, que me ha sostenido a través de las edades y que Me ha traído este
día a su conciencia.
Sanat Kumara.