La Gran Invocación


Un Mantra para toda la Humanidad en los nuevos tiempos

 LA GRAN INVOCACIÓN

La Gran Invocación proclama el destino y el Plan para la humanidad de la entrante Era de Acuario. Es en sí una plegaria, una invocación, y un medio de alineamiento que proporciona afluencia espiritual directa desde elevados planos hacia el mismo corazón de la humanidad.
La Gran Invocación es una herramienta dada a la raza humana para ser utilizada en la preparación de la Segunda Venida del Espíritu Cristico.
Nadie puede trabajar con esta Invocación o plegaria para la iluminación y el amor sin promover poderosos cambios en las propias actitudes, intención de vida, carácter y metas. Tal es el poder de este gran mantra que, cuando se lo emplea con regularidad y esfuerzo persistente en penetrar hasta su más recóndito propósito y significado, la propia vida experimenta un profundo cambio hacia una mayor utilidad espiritual.

La Jerarquía Espiritual y La Gran Invocación
La Gran Invocación fue dada a la humanidad por la Jerarquía Espiritual, el conjunto de aquellos miembros de la raza que han triunfado sobre la materia y alcanzado la meta de la maestría sobre sí mismos, por el mismo sendero que hoy caminan los individuos. La Jerarquía Espiritual es el resultado de la actividad, aspiración y logro humanos, ha sido creada por la humanidad, de donde surgen sus miembros. Estos han alcanzado un control completo sobre la personalidad o yo inferior.
Ya no están centrados en la conciencia individualizada sino que han accedido a un más amplio reconocimiento de la vida grupal planetaria, la cual incluye todos los estadios, desde el incipiente sentido de responsabilidad social del hombre o mujer que da sus primeros pasos en el camino de la madurez espiritual, hasta el inclusivo entendimiento del Cristo mismo.
Se conoce a los Maestros como los "Custodios del Plan". El plan es la huella del Propósito Divino, y es para todas las personas de cada rincón del planeta. Sólo puede ser realizado a través de la humanidad, aunque la Jerarquía trabaja bajo la ley espiritual y nunca ejerce presión o coerción sobre los seres humanos.
La libertad individual, particularmente la libertad mental, nunca es infringida.
El Plan se cumple guiado por el poder impulsor de la evolución misma. La Gran Invocación fue difundida con el propósito de acelerar el desarrollo evolutivo humano. El proceso se realizó en tres etapas, y cubrió un periodo de nueve años, los cuales incluyeron el evento físico de la segunda fase de la Guerra Mundial.
Se nos enseña que "siete antiquísimas palabras-símbolo" constituyen la nueva y completa afirmación del Cristo, un enunciado para los próximos 2000 años. Por ello se cita a La Gran Invocación como "el propio mantra del Cristo".
El origen de La Gran Invocación
La Guerra Mundial, que ya por abril de 1945 estaba llegando a su fin, tuvo un profundo efecto sobre todo el planeta. La guerra más superlativa de la historia del hombre causó sufrimientos indecibles, pero también literalmente provocó un explosión en la conciencia humana, abriendo sus cauces con violencia como resultado de la destrucción de instituciones y hábitos de vida antiguos y caducos, y de formas mentales cristalizadas que mantenían a la humanidad en la prisión de la separatividad y el materialismo, particularmente desde los tiempos de la Revolución Industrial.
El ESPEJISMO DE LA SEPARATIVIDAD es solo eso UN ESPEJISMO creado por el EGO.
No somos distintos los unos de los otros, para que los cambios de consciencia y disipación de esos espejismos se manifiesten AQUI Y AHORA llegando a los corazones confundidos y a las almas afligidas por el dolor, la respuesta es, ACCIÓN Y COMPASIÓN!
No existe raza, credo ni COLOR frente a los ojos del AMOR y del UNIVERSO creador y su infinita Belleza, Luz y Amor.

¿Para qué se invoca el retorno del Cristo?
El Cristo es la cabeza de la Jerarquía Espiritual de nuestro planeta: "El Maestro de todos los Maestros tanto de los ángeles como de los hombres". El Cristo pertenece a toda la humanidad, y no sólo a las iglesias y credos religiosos del mundo. Trabaja para todos, sin distinción de fe religiosa. No pertenece al mundo cristiano más que al budista, judío, musulmán o hindú, está destinado al uso tanto de personas de inclinación religiosa como de aquellos que no profesan ningún credo.

En realidad, el nombre "Cristo" es empleado en la Jerarquía como el título de un cargo relacionado con la totalidad de los siete departamentos del trabajo jerárquico, de los cuales la religión es sólo uno, siendo los demás los de Gobierno, Educación, Ciencia, Filosofía, Psicología, Arte y Cultura.

El uso del nombre "Cristo" tal como aparece en La Gran Invocación, no implica una limitación en el entendimiento espiritual, sino una expansión.

Se conoce al Cristo como el "Instructor Mundial", y es aquel gran Ser a quien los budistas conocen como Maitreya, y los musulmanes como el Iman Mahdi. Las palabras "Cristo" (del griego "CHRIO"-"UNGIR") y "Mesías" (del hebreo "MASHIAHH") remiten ambas al mismo significado: "el consagrado", "el ungido" o señalado como sagrado.

Esta definición apunta al rol de Cristo como AVATAR: mensajero divino que refleja el principio cósmico del Amor. Avatar es un evento o una corporización de un principio divino o cualidad superior que busca anclarse en la Tierra. Sin embargo, esta necesidad debe ser reconocida e invocada por la humanidad, mediante una concentración masiva y unificada de propósito que logre precipitar el descenso del Avatar.

El Cristo será reconocido por los que posean la capacidad de responder, de alguna manera y en algún nivel, a la cualidad Crística, ya que, de acuerdo con la ley, LO SEMEJANTE ATRAE LO SEMEJANTE.

El Cristo trasmite la energía divina que estimulará su correspondiente principio en la humanidad, en la cual subyace profundamente oculto y latente. Todo aquél que busca las relaciones humanas correctas se verá automáticamente atraído hacia Él, pertenezca o no a una de las religiones del mundo. Los verdaderos seguidores de Cristo son los que aman a sus hermanos y no ven barreras entre la gente, ya que el mayor efecto de la reaparición de este Avatar será la estimulación del espíritu de inclusividad. Todos somos Uno en Dios.


Las energías del Cristo
El Cristo será reconocido por todos aquellos en los que el principio Crístico, que es Amor, esté despertando. No concierne a la humanidad el fijar el tiempo de Su reaparición, ni esperar ninguna ayuda milagrosa o fenómeno inusual. El Cristo vendrá inexorablemente cuando la paz haya sido restaurada en alguna medida, cuando el principio de compartir esté al menos en vías de controlar los asuntos económicos, y las instituciones religiosas y grupos políticos hayan comenzado su proceso de limpieza. Si realizamos correctamente nuestro trabajo, Él vendrá en el tiempo señalado.

Cómo, dónde o cuándo no es nuestro problema. "Por tanto vosotros estad preparados, pues el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no penséis". (Mateo XXIV - 44)

Cada discípulo puede hacer de su distribución, así como de su uso diario, una obligación y deber primordiales, ya que esta Invocación puede ser usada con profundo efecto en especial por aquéllos que han desarrollado el hábito de la meditación, y como consecuencia poseen alguna habilidad de concentración mental e intensa focalización. La contribución más significativa de los que ayudan a preparar el camino de retorno del Cristo es enseñar a la humanidad a usar este mantra, focalizando así la demanda invocativa de la raza humana.

¿Qué es La Gran Invocación?
La Gran Invocación no es un ejercicio de meditación. Es esencialmente una plegaria que sintetiza el más elevado deseo, aspiración y demanda espiritual de la misma alma de la humanidad. Este reconocimiento debe acompañar siempre su uso.

En la raza humana, el cuarto reino, mediador entre la amplia gama y variedad de las vidas que componen nuestro planeta Tierra, todas las vidas y aspectos del desarrollo evolutivo tienen su punto de encuentro. En él, los reino subhumanos –mineral, vegetal y animal– llegan a su culminación y los reinos super-humanos encuentran su oportunidad, ya que a través del reino humano han pasado todas las vidas suprahumanas (anteriores a lo humano) en su pasado desarrollo.

Toda vida progresa hacia el estadio humano; se encuentra en la actualidad transitándolo, o lo ha trascendido y dejado atrás. La uniformidad de experiencia que ello nos enseña hace posible el arte de contacto con lo divino y la ciencia de la impresión. Todo lo que vive sobre la Tierra ha sido, es o será humano.


¿Dónde vencer el mal?
Los tres aspectos de las potencias divinas de Mente, Amor y Voluntad encuentran su asidero en la humanidad misma, "el centro que llamamos la raza de los hombres". Aquí y sólo aquí yace la promesa del futuro, ya que sólo aquí pueden las cualidades divinas expresarse a sí mismas y cumplir su cometido.

Es sólo a través de la humanidad, sola y sin asistencia (excepto por el Espíritu Divino que mora en cada ser humano), que "la puerta donde se halla el mal" puede ser sellada. No es Dios quien lo hace, ni es la Jerarquía quien fuerza al mal a retroceder hacia el lugar donde se originó.

La Gran Invocación no se refiere al mal generado en los niveles cósmicos, y por consiguiente fuera del alcance del radio de redención del hombre, sino a aquél mal, al que se le permite manifestarse como egoísmo humano, odio, separatividad y materialismo.

Es a la humanidad; quien lucha, sufre y aspira, a quien se le ha encomendado la tarea de sellar la puerta del mal. La responsabilidad que comparten los Maestros, los más hábiles y entrenados en el uso de la Invocación, consiste en focalizar y anclar las energías invocadas de Luz, Amor y Poder en el reino humano. Desde ese punto, la humanidad está capacitada para asumir la tarea.


La Gran Invocación hace referencia a los hombres
Puede aquí resultar iluminadora una visita a ese libro tan oculto, el diccionario. En idioma inglés, "MAN" (hombre) tiene su origen en la palabra sánscrita MANU, que significa "ser humano", cuya raíz, "MAN", es el verbo "pensar". "MAN" (hombre) tiene el significado de "entidad pensante", o "el que piensa". Este es un punto altamente significativo que no se asimila a la noción de género sexual, sino más bien a aquel aspecto que es común a todos los miembros del reino humano, y que data a la humanidad con un factor tan clave en la evolución, LA MENTE.

La primera estrofa de La Gran  Invocación  invoca  a  la  Luz  que  se origina en la Mente de Dios, una luz que busca un canal de entrada a nuestro planeta con el propósito de la redención de la sustancia planetaria por medio de la intercesión de la mente humana. Es la mente lo que constituye la base de la separación. Sin embargo, MANAS, inteligencia creativa, es la llave del portal del quinto reino de la naturaleza: la Jerarquía o Reino de las Almas.

La mente es tanto un factor de limitación y de separación como de contacto con reinos internos y superiores. Es el registro de toda suerte de impresiones. La responsabilidad fundamental de la humanidad es la de actuar como un gran agente de impresión, de guía o imagen, en relación a los tres reinos sub-humanos de la naturaleza: animal, vegetal y mineral.

El destino de la raza humana es ser el exponente, el intérprete o representante de la Mente de Dios. De allí la relación tan cercana entre la primera estrofa, que invoca la LUZ que afluye desde la Mente de Dios, y la cuarta, que invoca la restauración del Plan Divino sobre la Tierra a través del esfuerzo cooperador de la humanidad. Es al rol del hombre como mediador y redentor, a la entidad pensante y receptora de luz, a quien se dirige La Gran Invocación.


¿Qué es la "Raza de los hombres"?
"RAZA" en el sentido en que se emplea en La Gran Invocación alude a un estadio evolutivo. La raza de los hombres es uno de los tres centros planetarios: Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. La íntima relación entre estos tres centros permite una serie ininterrumpida de impresiones, relacionando un centro con otro y desarrollando la Ciencia de  Invocación y Evocación. Shamballa, ciudad intraterrena,  actúa como centro coronario –centro de recepción y de dirección– de nuestro Logos planetario, la Jerarquía es el centro cardíaco –centro de Amor inclusivo, cohesión y circulación de la energía portadora de vida; y la Humanidad constituye el centro laríngeo, el principal agente creativo sobre nuestro planeta.
La característica primordial de la raza humana en su actual etapa evolutiva es su capacidad para desarrollar sensibilidad inteligente a la impresión. "La raza de los hombres" incluye a aquellos que son sensitivos a la impresión originada tanto en los niveles "superiores" como en los "inferiores" al humano. A medida que la humanidad se vuelve experta en invocar la impresión jerárquica, las civilizaciones y culturas creadas por el hombre van incrementando su adherencia al Plan. Vemos una vez más emerger otra razón por la cual se adjudica importancia al centro que llamamos la raza de los hombres, y una indicación de la crisis de la humanidad, ya que el hombre ha llegado a un punto tan avanzado de desarrollo y despertar intelectual que ya nada podrá detener su progreso hacia el conocimiento, el cual podría ser usado irresponsablemente o aplicado en forma egoísta si no se tomaran medidas de protección.

Las voluntades de los hombres
La voluntad personal es la que busca sostener y apoyar en el ser humano la ilusión de la existencia independiente y separada. La "pequeña" voluntad del yo inferior data al hombre con el instinto de la autopreservación y autoafirmación. La voluntad de la personalidad está gobernada por la mente inferior, analítica y apegada a la forma, y el deseo es la contraparte emocional de esta voluntad.

Cuando la mente inferior es puesta en contacto con el principio mental superior abstracto por intermedio del puente en la conciencia, creado por la meditación y el servicio, la voluntad humana se torna agente del Plan, demostrando tal dedicación para servirlo a cualquier precio, que este Plan va siendo gradualmente comprendido. Tan profunda es la energía de la voluntad pura que sólo un pensador coordinado y consagrado es capaz de registrarla y dominarla, debido a que la voluntad espiritual es una expresión de la Ley del Sacrificio.
¿Cuándo se usa La Gran Invocación?
La Gran Invocación tiene un símbolo en los archivos de los Maestros que indica la era o período en la historia humana durante el cual puede y debe ser empleada. Es una plegaria grupal para toda la humanidad de la Era de Acuario y por tanto puede ser usada como una invocación de la misma manera que como una oración.

La humanidad ha alcanzado un punto crítico en la evolución. La inteligencia humana está en la actualidad tan profundamente despierta que se ha vuelto inevitable el progreso hacia áreas de conocimiento cuyo uso incorrecto y aplicación egoísta pueden resultar peligrosos si nada se hace por salvaguardar al hombre de sí mismo. Él debe ser instruido para ser capaz de responder a valores más espirituales y elevados, de otra manera el estado de integración en incremento de muchos millones de seres humanos será simplemente dirigido, con mayor efectividad, hacia propósitos individualistas y materialistas. El aspecto forma de la manifestación –mente, emoción y cerebro– debe ser encauzado hacia sus principios correspondientes: sabiduría, amor y propósito dirigido.

La responsabilidad de implementar el Plan de Amor y de Luz sobre la Tierra le corresponde a la humanidad. Con relación a ello se nos presenta la oportunidad de triángulos, una actividad meditativa en la cual grupos de tres individuos se unen diariamente en conciencia, pronunciando La Gran Invocación y visualizando las energías de Luz y Buena Voluntad irradiándose a través de toda la red planetaria de triángulos.

Esta red subjetiva facilita las avenidas de ingreso por donde la Luz, el Amor y la Voluntad de Dios pueden circular con intensidad creciente e incrementada vitalidad, promoviendo la transformación de la vida humana y el establecimiento de una era de correctas relaciones humanas.

Una palabra o palabras también pueden proporcionar el "poder de corporización" para realidades espirituales. Como dice la Biblia, "Dios habló y los mundos fueron creados". Tal es el potencial espiritual contenido en La Gran Invocación cuando es  empleada con exactitud, comprensión de su origen divino y la cualidad del alma de la verdadera humildad.



Resumiendo:

LA GRAN INVOCACIÓN

Es un instrumento de poder para ayudar a que tenga plena expresión el Plan de Dios en la Tierra. Emplearla es un acto de servicio a la Humanidad y al Cristo. Expresa ciertas verdades esenciales que todos los hombres aceptan innata y normalmente:

Que existe una inteligencia básica a quien damos el nombre de Dios.

Que existe un Plan Divino evolutivo en el universo cuyo poder motivador es el Amor.

Que una gran individualidad llamada el Cristo por los cristianos -el Instructor del Mundo- vino a la Tierra y personificó ese amor para que pudiéramos comprender que el amor y la inteligencia son efectos del propósito, la voluntad y el Plan de Dios. Muchas religiones creen en un Instructor Mundial, conocido con nombres tales como Maitreya, el Iman Mahdi y el Mesías.

Que únicamente a través de la humanidad puede llevarse a cabo el Plan Divino.

Por medio de la meditación, la plegaria y la invocación, las divinas energías pueden ser liberadas y llevadas a la actividad.

Los hombres y mujeres de buena voluntad de muchos credos y naciones pueden unirse en un servicio mundial trayendo valor y fuerzas espirituales a un mundo atribulado. Tienen el poder de afectar los acontecimientos mundiales a través de la invocación enfocada y unida. El conocimiento de este hecho, científicamente aplicado, puede ser uno de los grandes factores liberadores de la humanidad.

Nadie puede emplear esta invocación o plegaria para evocar iluminación y amor sin causar poderosos cambios en su propia vida, actitudes y propósitos. "Como un hombre piensa en su corazón así es él" y eso atrae a su vida.

El efecto de la Invocación y la plegaria individual en la demanda de Luz y Amor, se acrecienta inconmensurablemente cuando existe un reconocimiento consciente y una relación mental diaria con quienes pronuncian la Invocación cuantas veces deseen. El vínculo establecido cada día a través de esta invocación mundial formará un triángulo iluminado. La unión de la fuerza conjunta de individuos y grupos enfoca la potencia de esta plegaria de tal modo que erige alrededor del globo terráqueo una red de luz y amor que ayudará a detener las fuerzas del mal, al que se le permite manifestarse como egoísmo humano, odio, separatividad, materialismo, y que invaden el planeta.

La Gran Invocación es una herramienta de muchos niveles para alinear al alma individual con la Presencia del Yo Soy. Sus tres niveles operan en el ámbito de la Luz, del Amor y de la Voluntad.

He aquí una explicación de cada invocación:

 Desde el punto de Luz en la mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la luz descienda a la Tierra.

La Luz de la Verdad abre la mente hacia el propio yo-Dios. La búsqueda de la verdadera naturaleza del hombre generalmente comienza con el cuestionamiento mental y este verso invoca a la Verdad Divina para que inunde la mente, permitiéndonos comprender que somos parte de la Fuente. El descenso de la Luz da como resultado que cada persona quede alineada con su alma.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.

Este verso invoca la apertura del corazón hacia la compasión y el entendimiento. El Amor derramado en tu corazón da por resultado tu alineación con nuestro Yo Crístico. Y el retorno de Cristo a la Tierra invoca la apertura de cada uno de nosotros hacia la banda de la Unicidad o Consciencia Crística. 

Desde el centro en donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Este verso te abre a ser el Divino Siervo. Cuando tu voluntad está alineada con la Voluntad Divina, te conviertes en un Instrumento Divino. Convertirte en un Instrumento Divino es "el propósito que los Maestros conocen y sirven". Los "Maestros" no están limitados a los Maestros Ascendidos sino que se aplica a cada persona en la medida en que logra su maestría. Lograr tu maestría te alinea con tu Presencia Yo Soy.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y que selle la puerta donde se halla el mal.

El plan de Amor y de Luz se refiere a la ascensión. El sellar la puerta en donde mora la maldad se refiere a la disolución del velo de la separación. Sólo mediante un sentimiento de separación puede ser experimentada la ilusión de la maldad. Cuando cada uno de nosotros haya disuelto el velo de la separación, la ilusión quedará desterrada y el Plan funcionará.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan Divino en la Tierra.

Es una invocación final a la Verdad, al Amor y al Poder en el proceso de ascensión.