II EL REINO DE BUDA

II
EL REINO DE BUDA

Así como se ha dicho antes, cuando una comunidad vive en armonía y no olvida su deber de propagación de la Enseñanza del Dharma, irá extendiendo su esfera de acción y la Enseñanza se difundirá.

Esto significa que aumentarán los hombres en búsqueda de la Iluminación. Significa que desaparecerá  el ejército de la codicia, de la ignorancia y del resentimiento, guiado por el diablo de las tinieblas y de los deseos.
Y aparecerán en su lugar, la sabiduría, la clarividencia, la fe y la alegría.
Los dominios del diablo son el deseo, la oscuridad, la lucha, la espada, la sangre y la guerra. También se incluyen la envidia, el prejuicio, el odio, el engaño, la adulación, el secreto y el abuso.
Supongamos que en este reino brilla la Luz de la Sabiduría, la lluvia de la misericordia cae sobre la tierra, las raíces de la fe se extienden y florece la flor de la alegría. Este domino del diablo se convertirá, en un instante, en la tierra de Buda.
Así como una dulce brisa y algunas flores anuncian la primavera, cuando un hombre logra la Iluminación, la hierba, los árboles, las montañas, los ríos y todas las otras cosas reciben una nueva vida.
Si el alma del hombre es pura, la tierra en que se halla también se inunda de pureza.
2. El alma sincera se transforma en un alma profunda que sigue por el Noble Camino. Es caritativa, obediente, entusiasta, tranquila, sabia, misericordiosa y conduce a los hombres al Camino. Así se edifica aquí la Tierra Pura de Buda.
Una casa en que vive un hombre humilde con su mujer  e hijos puede ser la morada en que habita Buda. Un país en que es imposible eliminar la lucha de clases también puede ser el reino de Buda.
El palacio hecho de oro y de joyas bañado de sangre no es el palacio de Buda. Una pequeña cabaña en donde la luna filtra su cristalina luz, puede ser un gran palacio donde Buda se hace presente si en ella vive un hombre de alma sincera.
Cuando la tierra de Buda es edificada sobre el alma pura de un hombre, éste atrae a sus semejantes y va aumentando el número. Se va extendiendo de la familia a la aldea, de la aldea a la ciudad, al reino y al mundo.
Propagar la Enseñanza de Buda es lo mismo que extender los dominios del reino de Buda.
3. En verdad, este mundo visto desde un aspecto, es el dominio del diablo; es un mundo de deseos; es un campo de batalla cubierto de sangre. Los que creen en la Iluminación de Buda tratan de recuperarlo de las manos del diablo cambiando la sangre por la leche, el odio por la compasión y la caridad, y tratan de edificar el Reino Puro de Buda.
Es casi imposible pretender vaciar el océano con una cuchara, pero los que creen en Buda, quieren llevar a cabo esta obra aunque sea a través de muchas vidas.
Buda nos espera de pie en la otra orilla, en el mundo de la Iluminación en donde no existe la codicia, la ira, la ignorancia ni los sufrimientos.
Allí brilla la Luz de la Sabiduría, y la lluvia de la Misericordia humedece la tierra.
4. La misión de Buda no conoce fin. Mientras exista el hombre, mientras existan las criaturas vivas, mientras las almas de estas criaturas sean manchadas por el egoísmo no cesará.
Cuando se prende una luz se van prendiendo otras. De la misma manera, la luz del alma de Buda, va prendiendo el alma de los hombres una y otra vez eternamente.
Dijo Jesús:
Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.    Mateo 6.24 y Lucas 16.13
El Camino
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el Camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.   Mateo 6.13-14 y Lucas 13.24
Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.    Mateo 6.33-34
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?". Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios.    Mateo 9.10-13
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos.  Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él". Jesús le respondió: "Te aseguro que el que no renace de lo Alto no puede ver el Reino de Dios".
Nicodemo le preguntó: "¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?". Jesús le respondió: "Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.
Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.
Juan 3.1-6
Todo el que obra mal odia la Luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas.  En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios". Juan 5.20-21
"Ustedes viven en lo bajo, yo soy de lo alto.
Por eso les he dicho: "Ustedes morirán en sus pecados".
Porque si no creen en Dios Yo Soy, morirán en sus pecados".   Juan 8.23-24
No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. 
El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca.       Lucas 6. 43-45 y Mateo 7. 16-18; 12. 33-35