MARÍA MAGDALENA: LO QUE NO SE DIJO 1

MARÍA MAGDALENA: LO QUE NO SE DIJO
Maestro Guía Kirael

Es un tiempo de gran expectativa. Existen aquellos alrededor del mundo que han sembrado sus vidas enteras con la posibilidad de que algo suceda que llamamos el Gran Cambio de Consciencia. Han estado esperando que algo erupcione alrededor del mundo que los ayude a encontrar una paz armónica.

Las diferentes enseñanzas religiosas les cuentan de la gran Luz de Cristo regresando a la Tierra, y pueda que tengan razón, mis amigos. Creo que muchos aún están buscando que un hombre esté en el lugar de Cristo, mientras nosotros en el mundo Guardián nos gustaría ver a todos ustedes estar en el lugar de la energía Crística. Oh, existen aquellos que quizás me acusen de ser un poco sacrílego. Verán, yo creo que una religión es a veces un espacio confinado en el cual buscar un cambio en su realidad, porque el cambio que ocurre en ese espacio puede ser igual de confinado.

No estoy diciendo que deben rechazar o dejar sus religiones. En cambio, pienso que deben realzarlas. Traerlas a mayores y mayores niveles de compromiso. Miren dentro de sus religiones y busquen el hilo del cual Maria Magdalena habló más en su tiempo sobre su plano de consciencia - el hilo del amor. Regresen conmigo en un viaje en el tiempo a una escena que atestigüé. Si tienen el valor, tendrán la visión. Si tienen la visión, tendrán el saber.

Abran sus corazones. Permitan que su mente vague en las nubes del cielo. Encuentren un camino y síganlo conmigo mientras los llevo de regreso algunos 2000 años atrás. Reúnanse conmigo al llegar a una aldea pequeña. Hay un hombre joven sentado en una pared de piedra mirando a la gente caminando por delante de él. Un pensamiento pasa por su mente. “¿Por qué he sido enviado aquí, Padre? ¿Por qué tengo este cuerpo? ¿Acaso no podría hacer mucho más en la libertad de espíritu? Otro pensamiento aparece en su mente y dice, “Apenas comienza, mi hijo.” Este joven hombre sentado en la pared de piedra dice, “Caramba, ese fue un pensamiento tan real. ¿Aún está ahí, pensamiento?” El pensamiento habla de nuevo y dice, “ESTOY aquí. No me implores. No me busques en ningún lado, porque no he de ser encontrado. Solamente he de ser razonado, y en ese razonamiento, despertarás de un sueño que estás a punto de tomar y cuando lo hagas, sabrás porqué has sido elegido para representar el pensamiento en este nivel de consciencia. “

Es como si ese joven hombre sentado en la pared de piedra entrara en un profundo estado de trance y fuera atraído de nuevo a la voluntad de su Padre. El vio la belleza de las partículas de una Fuerza Creadora, un Amor que estaba más allá de cualquier cosa que se podía imaginar con sus ojos de la Tierra. Ese día, cuando se despertó de ese estado de trance, ese joven hombre había cambiado. Caminaba más ligero en su paso y más suave en su manera de andar. Él hablaba con una suavidad. Toda su vida fue alterada.

Ahora déjenme avanzarlos rápidamente en el tiempo a otra escena afuera en la desnudes del desierto. Al acercarse a la escena, notan un grupo de cuarenta o cincuenta personas, hombres y mujeres, sentados alrededor de una llama relativamente de buen tamaño en el centro de un círculo. Justo al lado del fuego, en el centro del círculo, está un hombre joven en sus rodillas. Su cabello es el marrón más hermoso. Tiene un crecimiento pequeño de barba en su mentón, y ojos de acero, mientras mira el fuego. Aprieta sus manos ante él y declara una serie de hermosas palabras que un día serán llamadas oración. Implora al Padre dentro de él por la energía de hablar entre la gente.

Miren alrededor del círculo conmigo, mis amigos. El círculo más cercano está constituido por aquellos que se han unido al joven maestro como sus discípulos varones, todos en su reverencia, todos en su belleza. Doblan sus manos como lo hace el maestro. Tienen la vista fija en el fuego, mirando ahora y luego al joven maestro. Si se paran detrás de ellos y miran por encima de sus hombros a través del fuego al maestro y más allá, verán una reunión de hermosas mujeres, quienes tienen sus ojos cerrados. No están tratando de absorber al maestro. Están tratando de sentir la luz del maestro.

Miren con atención sus ojos cerrados. Ni uno está seco. Cada uno de sus ojos tiene una lágrima, porque sienten la presencia del Maestro Jesús estar en comunión con el gran Creador. Lentamente la cabeza del maestro gira y hace surgir a solamente una de estas hermosas energías femeninas. Ella se pone de pie y da un paso adelante. Hace que se arrodille junto a él mientras le pasa su mano por su brazo y encierra sus cuerpos juntos. Al hacerse para atrás solamente un poco para poderla ver claramente, ella hace lo mismo, y un retrato es pintado en este momento, un retrato que es pintado en el tejido etérico de luz.

Al alejarse solamente un poco para verse el uno al otro claramente, forman un símbolo con sus cuerpos, y luego lentamente se juntan de nuevo. Al hacerlo, este joven maestro habla. No hay un ruido en este campamento en ningún lado, excepto su voz. Oh, sí, mis amigos, lo recuerdo porque escuché la voz. Lo escuche decir, “Dios el Padre, estoy unido en paz y por el Amor de su más preciada hija. Juntos un día, haremos esa diferencia que busca. Uniremos el pensamiento de paz entretejido con Amor, tal como tejo con su brazo este día.” La conversación continúa, pero mi atención es atraída hacia esta hermosa dama a la que él se está agarrando, al volverse ella más y más brillante. No recuerdo alguna vez haber visto tanto como un avatar que fuera más brillante que esta brillante dama, este hermoso espécimen de energía femenina, la energía de feminidad encerrada con el Maestro Jesús, cogidos del brazo.

Ella brilla, y en eso, el Maestro Jesús brilla más, y cuando el Maestro Jesús brilla más, la Diosa de la Luz dentro de esta pequeña niña comienza a brillar aún más brillantemente, y en eso, el Maestro Jesús se vuelve más brillante. Solamente los discípulos hombres caen hacia delante, sus cabezas tocando la arena. Las otra once mujeres se ponen de pie y elevan sus manos, palmas hacia delante, hacia el cielo. Cada uno vibra y contempla el sentimiento de Amor, el sentimiento de paz.

Fue algo hermoso de presenciar, mis amigos. Permanecí con el Arcángel Miguel en un lado y una banda de Diosas en el otro. Veía desde arriba mientras todo esto ocurría. Ahora, mis amigos, si les gustaría participar en el Gran Cambio, deben mirar dentro de ustedes y ver al Cristo dentro fusionarse con esa hermosa dama dentro. No harán caso a si son ya sea un hombre o una mujer. En lugar de ello, reconocerán que son partículas de luz en la energía que se forma de una vibración particular. En esa vibración, tienen dentro el arte de paz, el arte de tranquilidad, y el asombro del Amor.

Paz, tranquilidad y amor están entretejidos dentro de ustedes, y no pueden ser expresados fuera de ustedes. Cada uno de ustedes debe tomarse un momento y decidir si están aquí para escuchar las palabras de un maestro o para experimentar la luz de la maestría. Verán, si están aquí para experimentar la luz de la maestría, no están aquí para estar en la presencia del Maestro Guía Kirael. Están aquí para estar en la presencia del despertar del uno mismo. Sientan conmigo lo que sintieron de la escena que representé para ustedes - un corazón que se abre a un mundo que ha sido devastado con pensamientos de control y violencia y “mejor que” y “el logro de.“ Sientan en su corazón las partículas de pensamiento de su amor, y un mundo de violencia no funcionará. Se habla tanto de María Magdalena hoy porque ejemplificó ese Amor.

Les contaré unas cuantas cosas más, si sus corazones están listos. Leonardo Da Vinci no era un hombre de la Tierra. Era un hombre de un plano de consciencia diferente. ¿Por qué es que miran al corazón de él y piensan que pueden verlo, cuando es imposible de ver? ¿Por qué es que miran a las grandes piezas, tal como La Última Cena, o a cualquiera de los trabajos de los otros grandes artesanos que vinieron a la Tierra a registrar eso que nunca sería olvidado? El nombre de Leonardo antes de que se volviera la consciencia celular de Leonardo Da Vinci era “I-hoa-me-e-maua-he-o’o-mau-he’ea-o.” Muchos años después del tiempo que el joven Maestro Jesús pereciera en su Tierra, y solamente un poco tiempo antes de que el Cristo renovara su fortaleza, Leonardo se paró en ese círculo conmigo y observó a María y al joven Jesús mientras formaban el cáliz. Leonardo nos habló en el reino Guía y dijo, “Yo, un día pintaré eso. Encontraré una manera de hacerlo parte de la Tierra.” Le advertimos en ese entonces, “Hazlo sabiamente, mi joven, brioso amigo, porque cuando te vuelvas conocido como este Leonardo Da Vinci, pagarás un alto precio.”

Kirael

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